lunes, 20 de junio de 2016

EL ADVERSARIO, emmanuel carrere (anagrama, 2000) & VOCES DE CHERNÓBIL, svetlana aleksievich (siglo XXI, 2006): como ya he dicho alguna vez por aquí, la ficción no está de moda, y lo demuestran este tipo de obras más cercanas a lo periodístico... y bien, ya tienen algún tiempo, pero da igual, a aleksievich le acaban de dar el nobel, antes casi nadie la leía, lo que muestra cierto interés hoy. O seré yo, no sé, pero mi impresión es que lo que interesa actualmente a los lectores es aquello que lleva (como hace un par de décadas) la etiqueta: basado en un hecho real. Por un lado, la recreación de Carrere de la vida de Jean Claude Romand y cómo mató a su familia sigue el estilo de A sangre fría de Capote. Está bien aunque no es el tipo de obras que más me interesan. La novela coral de aleksievich es una obra original y muy bien escrita. Decenas de voces cuentan en primera persona su experiencia alrededor de la catástrofe de Chenóbil. Me ha gustado mucho, sobre todo los pequeños detalles, porque ahí es donde se respira "verismo". También me interesa este tipo de narrador coral, horizontal, poliédrico, pues me parece muy en sintonía con estos tiempos. Aunque el estilo de aleksievich es reconocible en las transcripciones (no deja de ser literatura), es una forma de dar voz a otros que muchas veces encuentran problemas para hacerse escuchar. Leeré más de esta mujer seguro.
NORTEAMÉRICA PROFUNDA, juan carlos márquez (salto de página, 2012): en este libro encontramos cinco relatos de corte muy estadounidense. Huelen a cheever, a carver, a steinbeck... y como el título indica, no es casualidad. Hay un propósito muy claro de buscar esa prosa, esos personajes y esa poética norteamericana que es, en cierto modo, nuestra cultura protésica, injertada. Los relatos están muy bien escritos y tienen esas zonas en sombra que creo que son la razón de que se estén poniendo de moda los libros de narrativa breve entre los lectores de prosa. La novela (en general) se ha convertido en el género mainstream y por lo tanto en el género medido, predecible, tópico, enquilosado... cada vez leemos menos novela porque no nos la pone dura, porque todo es tan falso y repetitivo como en el último éxito de radio-fórmula. El relato, como género menor, alejado de la prosa-fórmula, no tiene tanta servidumbre ni tantos intereses y permite hacer literatura más sincera y menos apegada al argumento, a la anécdota (verdadero motor de la prosa-fórmula): en este libro, como en muchos otros que he leído últimamente de narrativa breve, encontramos eso que he llamado antes zonas en sombra porque no sé cómo llamar y que los acerca un poco a la poesía: a sus elipsis, sus sobreentendidos, su ritmo o la sugestión por encima del sudoku argumental...

jueves, 2 de junio de 2016

MAGISTRAL, rubén martín giraldez (jekyll & jill, 2016)

Voy a hablar de este libro porque parece que si no lo hago no soy cool, jaja. ¡La que has liado Rubén Martínez Giráldez! Porque me da la sensación que no haber leído Magistral es casi como no haber visto el último capítulo de Juego de tronos!! Hodooor!!! A ver por donde empiezo: es una obra inclasificable, y eso a mí me mola. Si fuese una suma diría (contradiciendo al libro, que afirma que no debemos buscar filiacion alguna) que es witgenstein + finnegans wake + borges (hablando de libros en lugar de escribirlos) + ultraísmo & culteranismo + pynchon + nietzsche + ensayo sobre el mundo literario + Rabelais + Umbral + mil cosas más que a bote pronto no se me ocurren... Esta suma ya nos dice que es un libro para un público reducido: que entusiasmará a los "interesados" (gente del mundillo literario, pues pone a caldo a escritores, público, editores, críticos...) y será difícilmente digerible por los profanos o lectores-turistas. He dicho alguna vez que no creo que exista la historia de la literatura, que desde el Gilgamesh, escrito en tablillas de barro, repetimos los mismos temas (amor, amistad, traición, soledad, miedo a la muerte...). Sí creo sin embargo que existe la historia de la lengua, que actualiza una y otra vez el Gilgamesh, que lo traduce de alguna manera para que hable a las nuevas generaciones. Magistral no dice nada demasiado nuevo: que si leemos poco y sin profundizar y descafeinado, que si escribimos sin arriesgar y sin voz propia, que si las editoriales no arriesgan, que si los críticos no se enteran, que si la educación aliena, que si la lengua está para mancharla... pero lo dice mejor, lo dice diferente, con metáforas y neologismos muy buenos. De hecho tengo todo el libro subrayado. Una rareza curiosa, diferente, incatalogable a la que hay que acercarse de otra manera. Sin esperar nada. Porque eso que esperas no te lo va a dar. Otra cosa tal vez, pero no eso precisamente.